VALORIZACIÓN TURÍSTICA DEL ESPACIO LITORAL (CAPITULO 1: PRIMERA PARTE). GESTORES COSTEROS. DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA: UNA APLICACIÓN EN ÁREAS LITORALES.

GESTORES COSTEROS. DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA: UNA APLICACIÓN EN ÁREAS LITORALES.


Este libro es el resultado de investigaciones realizadas por las autoras, en algunos casos surgen del desarrollo de tesis de grado y posgrado, cursos de posgrado, presentaciones en reuniones científicas y actividades de transferencia realizadas a través del Proyecto de Extensión Gestores Costeros de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

Se incluyen estudios de caso, reflexiones y conclusiones de diferentes investigaciones y experiencias educativas realizadas por parte de los integrantes del grupo Gestores Costeros. Se estructura a
través de un eje transversal que analiza las problemáticas ambientales en diferentes áreas litorales y las acciones de concientización turístico-ambiental tendientes a mitigar los efectos negativos de las obras del hombre. Se describen experiencias educativas realizadas por alumnos de la carrera de Licenciando en Turismo en instituciones de enseñanza inicial, primaria, secundaria y de formación profesional. Se espera que los aportes teóricos y las experiencias educativas sirvan de base para seguir profundizando el tema y los resultados del libro se conviertan en un instrumento de difusión en las ciudades costeras, cumpliendo con el compromiso de la Universidad hacia la comunidad y la relación entre ambas.

ENFOQUE TEÓRICO-METODOLÓGICOLA RELACIÓN ENTRE ÁREA LITORAL Y TURISMO

La valorización turística del espacio litoral origina una compleja intervención antrópica sobre los recursos naturales que sustentan la actividad. Algunas veces, el hombre planifica cuidadosamente sus obras y realiza una transformación territorial tratando de mantener un equilibrio con la naturaleza; pero en otras ocasiones, las obras que implica una urbanización turística se alejan de la mirada ambiental y originan una compleja problemática que pone en peligro la vida del destino turístico. A través de un estudio descriptivo y exploratorio, se analiza el proceso de valorización turística de áreas litorales, consideraciones geográficas de la zona costera, la antropización del espacio litoral, la evolución de las urbanizaciones turísticas costeras, los centros turísticos tradicionales y planificados, los modelos teóricos de evolución del espacio turístico y las consecuencias del turismo en áreas litorales. Se espera que el desarrollo y reflexiones del capítulo permitan concientizar al lector sobre las problemáticas turístico-ambientales que surgen a partir de una valorización turística del espacio litoral carente de criterios responsables. 


Capítulo 1. 
LA VALORIZACIÓN TURÍSTICA DEL ESPACIO LITORAL

Dra. Graciela Beatriz Benseny
Universidad Nacional de Mar del Plata. Grupo Turismo y Territorio
Espacios Naturales y Culturales.

Introducción

A partir de la presencia de recursos naturales costeros con fuerte atractividad y potencialidad para convertirse en un futuro destino turístico, se origina la valorización del espacio litoral a partir de la identificación y caracterización de los elementos más significativos. Para comprender las características esenciales de un lugar se parte de un análisis del concepto área litoral o zona costera basado en una triple dimensión: geográfica, ecológica y turística.

Desde las Ciencias de la Tierra se analizan las características geográficas del área litoral, que permiten introducir el concepto de dinámica de la zona costera, donde se explican las diferentes zonas de la costa y sus elementos más destacados, así como los factores naturales y antrópicos que fovorecen o entorpecen el equilibrio natural en las áreas litorales.

A continuación se reflexiona sobre la antropización del espacio litoral, analizando diferentes obras del hombre, su concepción acerca de los usos y actividades, preferencias y exigencias de la demanda, que permite presentar la evolución de las urbanizaciones turísticas costeras, los cambios en la forma de apropiación del espacio litoral según las modas y valores vigentes en diferentes momentos históricos hasta la actualidad y el proceso de desarrollo de las urbanizaciones especializadas en turismo, que implica considerar los aportes de la planificación turística y las características más relevantes de los centros turísticos tradicionales o espontáneos y los centros turísticos planificados.

Luego, se analizan diferentes modelos teóricos de evolución del espacio turístico y de los cuales se desprenden las consecuencias del turismo en el espacio litoral. Por último, en las reflexiones finales se propone la necesidad de internalizar los beneficios del Turismo Responsable como una nueva forma de análisis y gestión del espacio litoral. La selección temática desarrollada constituye el material informativo básico que podrá ser utilizado para trabajar en diferentes instancias educativas, aspirando fortalecer e internalizar tanto en los alumnos capacitadores como en los alumnos destinatarios, una sólida conciencia ambiental.

Compartimos: EL ESPACIO LITORAL, primera parte del primer capítulo del libro: GESTORES COSTEROS. DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA: UNA APLICACIÓN EN ÁREAS LITORALES. / Graciela Benseny (Coord.) - 1° ed. – Mar del Plata. Universidad Nacional de Mar del Plata, 2013, 248 p. Primera edición: diciembre 2013. ISBN: 978-987-543-755-5 Impreso en: Editorial Martín, Mar del Plata. Diseño y diagramación interior: Graciela Benseny. Impreso en Argentina.

1.EL ESPACIO LITORAL

El espacio litoral, también llamado zona costera, es un lugar originalmente natural de suma importancia para el desarrollo de la vida humana, y ha sido transformado a través de la evolución del hombre. En los tiempos prehistóricos, el espacio litoral era el camino que facilitaba el traslado y proveía parte de los alimentos; durante el Renacimiento se transformó en el acceso de entrada del invasor; a partir del siglo XV con el proceso de expansión de fronteras de los imperios europeos facilitó el ingreso del conquistador adquiriendo una imagen de inseguridad y peligro para los habitantes del lugar que preferían vivir en sus proximidades. En la actualidad, tres cuartas partes del total de las ciudades más importantes del mundo se localizan en la zona costera, tanto en las orillas de un mar, lago y/o río, siendo la playa un recurso natural sumamente valorado para la vida social y recreativa de la población.

El abordaje de estudio del espacio litoral se realiza desde una perspectiva geográfica, ecológica y turística. Desde la perspectiva geográfica, la zona costera conforma una franja de ancho variable, resultante del contacto interactivo entre la naturaleza y las actividades humanas desarrolladas en ámbitos que comparten la existencia o la influencia del mar; posee una amplitud variable y resulta del contacto dinámico entre la hidrosfera y litosfera (Barragán Muñoz, 1994).

Bajo una mirada ecológica, la costa es una zona de ecotono con fuerte interrelación entre ecosistemas terrestres, marinos y aéreos, donde se generan y desarrollan procesos esenciales para el mantenimiento de la vida. La costa es un sistema de frontera abierta integrada por la tierra firme y el agua, vinculada por interacciones biofísicas. En palabras de Morello (2002), en la zona costera actúan procesos climatológicos generando precipitaciones (escurrimientos superficiales y subterráneos), físicos (crecientes, mareas, oleajes, inundaciones, vientos, transporte de sedimentos, erosión y sedimentación), mixtos (mezcla de agua dulce y salada), biológicos (acuáticos y terrestres) y penetración de la luz solar que favorece el desarrollo de la vida.

Desde la visión del turismo, la zona costera conforma un espacio de recreo para las prácticas helio-balneotrópicas y deportivas, constituye un área muy dinámica, donde existe una fuerte interrelación entre los ecosistemas terrestres y marinos, y los procesos climatológicos. Según expresan Vera Rebollo et al. (1997), la presencia de recursos naturales define la localización espacial del turismo y permite diferenciar entornos configurados por la función turística. A nivel mundial, los destinos litorales localizados en la zona intertropical constituyen el principal escenario del turismo de sol y playa, concentran gran parte de la oferta turística y captan tres cuartas partes de la demanda del turismo internacional, atrayendo turistas por la posibilidad de nadar, tomar sol, practicar deportes náuticos, contemplar y fotografiar paisajes, disfrutar de la naturaleza y una temperatura moderada (O.M.T. 2005).

La valorización del espacio litoral es un proceso complejo, parte del descubrimiento de un sitio natural que por su belleza y condiciones naturales se transforma en un potencial sitio urbanizado, que será acondicionado de acuerdo a los modelos arquitectónicos vigentes en su momento de creación. Por tanto, desde la mirada antrópica, la valorización del espacio litoral implica un elevado consumo de suelo, que asociado a las prácticas recreativas genera diversos modelos de implantación, transformación y reorganización de estructuras territoriales, sociales y económicas. El acondicionamiento turístico del espacio litoral exige poner en valor al recurso natural e implica la construcción de equipamiento específico para brindar servicios de alojamiento, restauración, transporte y recreación, así como servicios complementarios a la prestación turística (comercios, bancos, seguridad, sanidad, etc.) y las obras de infraestructura de base (vías de comunicación, terminales de transporte aéreo, terrestre y/o marítimo, servicios urbanos básicos –luz, agua, cloacas, limpieza-, etc.) para asegurar la accesibilidad al sitio.

Desde la bibliografía contemporánea europea, diferentes autores analizan la geografía del turismo, destacando entre ellos: Pearce (1988), Lozato Giotart (1990), Callizo Soneiro (1991), Vera Rebollo et al., (1997), Cazes et al. (1980), Lickorish (1994), y describen el proceso de valorización turística que origina el acondicionamiento del espacio litoral basado en una rápida transformación territorial, social y económica, donde las actividades tradicionales ceden lugar a los modelos de implantación que impone el turismo, se acelera la urbanización y configura la especialización turística.

Se produce una expansión territorial y modificación del uso de suelo en las zonas rurales y urbanas preexistentes, para convertirse en centros turísticos litorales. Tal como afirman Vera Rebollo et al. (1997:93) … “La actividad urbano-turística se convierte en el factor polarizador y dinamizador de las economías locales del litoral y su expansión queda condicionada a las posibilidades y disponibilidades de suelo (reducido interés agrícola, proximidad al mar), oportunidades de mercado (crecimiento de la demanda) y desarrollo de infraestructura”...

Dentro de la bibliografía turística europea, se destaca el análisis propuesto por Lozato Giotart (1990), quien analiza los factores geográficos que inciden en la localización turística, reconociendo la supremacía del clima y su vinculación con la presencia de los recursos naturales. Así como la montaña durante el invierno europeo se transforma en el escenario más valorado para las prácticas deportivas de deslizamiento sobre la nieve, las playas del Mar Mediterráneo concentran la mayor afluencia turística estival, debido a la heliofanía y sus propiedades balneotrópicas, siendo el clima el factor determinante que propicia el surgimiento y posicionamiento de los centros turísticos. Si bien los destinos litorales asociados a los factores naturales concentran los flujos turísticos mayores, existen factores culturales como los testimonios de la vida del hombre del pasado u obras del presente, o bien cuestiones económicas, tecnológicas y políticas que inciden en menor proporción en la movilidad turística internacional.

El surgimiento o proceso de desarrollo de los centros turísticos presenta distintas tipologías de análisis en función a su origen y organización. Un centro turístico puede iniciarse a partir de un cuidadoso proceso de planificación turística (centros planificados), o bien, resultar de la simple decisión de algunos actores sociales preexistentes que vislumbran la posibilidad de transformarse en un destino turístico (centros tradicionales o espontáneos); en ambos casos, pueden presentarse diferentes grados de integración en la estructura local y regional, adoptando un modelo de uso intensivo (concentrado en el área litoral) o extensivo (expandido hacia el interior).

Tal como proponen Vera Rebollo et al. (1997), la transformación de una comunidad en una localidad turística implica considerar el impacto que puede generar la nueva actividad, la aceptación del turismo por la comunidad local, la velocidad del proceso, la estructura económica y territorial preexistente, la accesibilidad, los cambios introducidos en el lugar y la región, etc. Los modelos planificados en forma integral impulsados por el sector público aspiran el desarrollo regional, creando nuevos espacios con infraestructura, equipamiento turístico, al margen de las estructuras anteriores; por otra parte, los modelos espontáneos o tradicionales se integran a las implantaciones en estructuras preexistentes, produciendo nuevos espacios más desordenados.

Tal como lo afirman Pearce (1988), Lozato Giotart (1990), Callizo Soneiro (1991) y Vera Rebollo et al., (1997), la actividad turística puede ser considerada como un instrumento para la construcción de nuevos espacios de crecimiento y desarrollo territorial. Las áreas de destino se asimilan a entidades dinámicas sujetas a la evolución del desarrollo del turismo. Por otra parte, la evolución del espacio turístico depende de los cambios en las preferencias y necesidades de los viajeros, degradación del medio físico e infraestructuras y el cambio de los recursos naturales y/o culturales.

Desde fines del siglo XIX, extensas áreas litorales sufren transformación, degradación ambiental y destrucción, como consecuencia del desarrollo de urbanizaciones y el apogeo del turismo de sol y playa. Las presiones ejercidas por una población cada vez más creciente para disfrutar sus vacaciones en la costa, amenazan con destruir los beneficios que ofrece la zona costera. Por lo tanto, el cuidado del ambiente en el área litoral requiere un conocimiento de las formas y procesos naturales, debido a la fragilidad y alta vulnerabilidad que presentan los recursos naturales, así como también una cuidadosa planificación y gestión responsable del destino.

1.1. Consideraciones geográficas del área litoral

El espacio litoral representa el área geográfica de transición entre el continente (zona costera) y la masa de agua (zona sumergida del litoral), es un espacio de interfase muy complejo, tanto desde el punto de vista natural como humano. En palabras de Moreno Castillo (2007), el concepto de interfase hace referencia al espacio de contacto entro dos sistemas diferenciados, que conforman el espacio litoral donde confluyen ecosistemas terrestres y acuáticos. En él se combina la homogeneidad del mar abierto con la heterogeneidad de la costa (topografía, clima, vegetación, hábitat), ofreciendo al desarrollo turístico un importante valor estético y condiciones naturales para satisfacer las prácticas recreativas. 

Barrado y Calabuig (2001) realizan un estudio sobre las características básicas del área litoral, destacando que es la parte de la tierra afectada por su proximidad al océano y aquella parte del océano afectada por su cercanía a la tierra. Es decir, constituye el espacio geográfico donde se producen los principales intercambios de materia y energía entre los ecosistemas marinos y terrestres.

En plabras de Strahler y Strahler (2005), la costa es la zona continental que limita físicamente con la masa de agua. Hacia el interior del continente, la línea de costa abarca una franja con ancho variable, cuyo límite se establece en el punto donde llegan los efectos directos de las masas marinas. Este espacio fronterizo permite una tipología de costas basada en función a las relaciones que se producen entre el mar y la tierra, determinando costas de acumulación o playas sedimentarias y costas de erosión o acantilado. 

Ambas tipologías de costas ofrecen al desarrollo turístico diferentes posibilidades, en función de los atributos valorados. En este sentido, los factores geonaturales más valorados para la práctica recreativa en los espacios litorales guardan relación con las condiciones climáticas favorables, las características geomorfológicas, la frecuencia e intensidad del oleaje, la transparencia, limpieza y temperatura del agua, así como la magnitud de las mareas y vientos.

En la descripción realizada por Strahler y Strahler (2005) indican que la playa constituye un depósito de sedimentos arrastrados por la corriente marina y modelada por la acción de las olas. Los sedimentos que componen una playa pueden variar desde arena muy fina hasta guijarros de varios centímetros de diámetro, formando playas de arena fina, arena gruesa, de grava o de guijarros. En general, las playas compuestas de arena fina son extensas y tienen una suave pendiente; las playas de arena gruesa o grava son más escarpadas y las playas formadas por guijarros son abruptas.

El área litoral presenta una zona de aguas poco profundas formado por el espacio donde rompen las olas, y una zona sometida a la acción del viento donde se desarrolla la acumulación del sedimento, adoptando diferentes formas como bermas de escasa altura con variaciones estacionales o médanos vivos con permanencia anual. La línea de costa constituye el límite entre la tierra y el mar y representa una sucesión de hábitats con diferente asociación de plantas y animales adaptados al ambiente (Strahler y Strahler, 2005).

Las costas de acumulación de tipo playa arenosa o sedimentaria actúan como un factor con fuerte atracción para el desarrollo de los centros turísticos y se convierten en el escenario predilecto para los flujos turísticos modernos, cuya preferencia se funda en la topografía y morfología del lugar.

Al ser territorios bajos presentan fácil accesibilidad y escasas dificultades para la instalación del equipamiento e infraestructura necesarios para conformar la oferta turística básica y complementaria, sumado al proceso de valorización turística del área litoral.

En la metodología propuesta por Gutiérrez Roa et al. (2000) para el estudio morfológico de una playa considera diferentes aspectos que resultan interesantes analizar: forma, granulometría, color de la arena, dimensión y pendiente. En función a su forma, una playa puede ser abierta o cerrada, en el primer caso el litoral está expuesto directamente a la acción del mar, presentando olas, que según su energía facilita o entorpece la práctica de los deportes náuticos; en cambio, una playa cerrada se desarrolla en el interior de una bahía o bien está protegida por un cordón litoral (barra de arena, arrecife) resultando más segura y tranquila. 

La granulometría corresponde al análisis de la dimensión y tamaño del sedimento acumulado en la costa. En función a la granulometría del sedimento se pueden distinguir playas pedregosas, cuando el material depositado adquiere considerable dimensión y formas redondeadas como consecuencia del desgaste del rodamiento al cual están sometidos; o bien, playas arenosas compuestas por fragmentos rocosos muy finos con diferente grosor y origen (rocoso, coralino).

El color de la arena es un indicador del tipo de material y origen que constituye el suelo de la playa, las tonalidades grisáceas corresponden a suelos volcánicos o basálticos, el color blanco es característico de las playas de origen calizo o coralino y el dorado corresponde a la presencia de granito (roca ígnea intrusiva) que al oxidarse por la acción del agua toma el color amarillo, naranja o dorado. Las playas con arena de color blanca o dorada tienen mayor valorización turística.

La extensión o dimensión de una playa es un factor determinante de la capacidad de carga o valorización con un índice de bienestar y comodidad tolerable. La dimensión se determina tomando en cuenta el ancho y largo de la playa, y luego se definen estándares de ocupación por metro cuadrado, definiendo diferentes densidades de ocupación que garanticen un disfrute placentero del lugar. 

La pendiente de la playa hace referencia al plano de inclinación e internación hacia el mar. Es una característica fuertemente vinculada con la seguridad del bañista, facilitando o entorpeciendo la internación en el mar y la zona de prácticas recreativas acuáticas, en función de la intensidad del oleaje. Las playas con pendiente menos pronunciada ofrecen mayor seguridad y tranquilidad, poseen fuerte atractividad y sufren los efectos de la valorización turística.

Otro elemento a considerar en la valorización turística del área litoral son los recursos biológicos del mar, que según la latitud en que se encuentren serán hábitats de diferentes especies de peces, moluscos, crustáceos, mamíferos, aves y otros organismos marinos (algas, arrecifes coralinos). El área litoral es importante para la repoblación piscícola (cría de alevinos) e interactúa con el mar, dado que algunas especies desovan en las aguas costeras y emigran hacia alta mar. En las aguas costeras se encuentran riquezas naturales y gran variedad de recursos marinos, por tanto, sufren los efectos de la valorización turística del área litoral.

No te pierdas "Dinámica del área litoral" en nuestro próximo post.

GESTORES COSTEROS
DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA: UNA APLICACIÓN EN ÁREAS LITORALES

A la memoria de María Marcela Eraso,
quien formó y acompañó con toda su pasión a los
“Gestores Costeros”

AUTORAS: 

Graciela Benseny. Licenciada en Turismo y Magister en Gestión Ambiental del Desarrollo Urbano, Universidad Nacional de Mar del Plata. Doctora en Geografía, Universidad Nacional del Sur.

Mónica García. Licenciada en Geografía y Magister en Gestión Ambiental del Desarrollo Urbano, Universidad Nacional de Mar del Plata. Doctora en Geografía, Universidad Nacional del Sur.

Cristina Varisco. Licenciada en Turismo y Magister en Ciencias Sociales con mención en Economía, Universidad Nacional de Mar del Plata.

María Graciela González. Licenciada en Turismo, Universidad Nacional de Mar del Plata.

Noelia Padilla. Licenciada en Geografía, Universidad Nacional de Mar del Plata. Becaria CONICET.

Noelia Maresca. Profesora en Geografía, Universidad Nacional de Mar del Plata. Becaria CIN.

Jorgelina Cano. Licenciada en Turismo, Universidad Nacional de Mar del Plata.

Guadalupe González. Licenciada en Turismo, Universidad Nacional de Mar del Plata.

Lucía Campoliete. Alumna de la carrera de Licenciado en Turismo, Universidad Nacional de Mar del Plata.

Lucía Comelli. Alumna de la carrera de Licenciado en Turismo, Universidad Nacional de Mar del Plata.

Carolina Irigoin. Alumna de la carrera de Licenciado en Turismo, Universidad Nacional de Mar del Plata.

Virginia Jouanny. Alumna de la carrera de Licenciado en Turismo,Universidad Nacional de Mar del Plata. 

Constanza Lalli. Alumna de la carrera de Licenciado en Turismo, Universidad Nacional de Mar del Plata.

Noelia Lao. Alumna de la carrera de Licenciado en Turismo, Universidad Nacional de Mar del Plata.

Jésica Ojeda. Alumna de la carrera de Licenciado en Turismo, Universidad Nacional de Mar del Plata.

Ailín Mailén Tur Mauri. Alumna de la carrera de Licenciado en Turismo, Universidad Nacional de Mar del Plata.

AGRADECIMIENTOS

El presente libro pone en consideración algunos resultados de tesis de grado para obtener el título de Licenciado en Turismo, tesis correspondientes a estudios de maestrías y doctorados, así como también, trabajos de investigación de cursos de posgrado. De manera particular, se describen diferentes experiencias educativas planificadas y realizadas por alumnos integrantes del Grupo de Extensión Gestores Costeros. Por tanto, nuestro primer agradecimiento está dirigido a todas las instituciones educativas que nos abrieron sus puertas, permitiendo llevar nuestro mensaje y concretar las acciones de concientización turístico-ambiental.

Es nuestro deseo agradecer a la CP. Lic. María Eugenia Libera, quien desde su rol de Secretaria de Extensión y Transferencia de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales en el momento de presentar el proyecto Gestores Costeros, nos entusiasmó para concretar cada uno de los pasos a seguir. Gracias al asesoramiento de nuestra querida “Maru” pudimos cumplir con todos los requisitos formales; sin su ayuda y consejos quizás los resultados hubieran sido diferentes.

También, es nuestro deseo agradecer todo el apoyo recibido del actual Secretario de Extensión, Msc. Raúl de Vega, haciéndolo extensivo a todo el equipo que lidera. Una especial mención para la  Lic. María Laura Roberto, quien nos acompaña y facilita la tarea administrativa.

En forma especial, queremos agradecer a todos los evaluadores de cada uno de los capítulos publicados, producto de investigaciones, tanto con carácter de grado como posgrado. Destacando particularmente: Dra. Patricia Ercolani y Dr. Roberto Bustos Cara (Universidad Nacional del Sur, Argentina), Dr. Miguel Seguí Lliñás y Dra. Isabel Moreno Castillo (Universidad de Islas Baleares, España), Dr. Alfonso de Jesús Jiménez Martínez (Universidad del Caribe, México), Dr. Enrique Jurado Navarro (Universidad de Málaga, España).

Además, hacemos extensivo nuestro reconocimiento a los docentes que actuaron en el Comité Científico de Evaluación de ponencias presentadas en diferentes encuentros científicos con carácter internacional, plasmadas en capítulos del presente libro: Dr. Eduardo Salinas Chávez (Universidad de La Habana, Cuba), Lic. María Silvia Bouteiller (Universidad Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e islas del Atlántico Sur, Argentina), Msc. Lucía Tamagni, Dra. Adriana Otero y Msc. Ana María Boschi (Universidad Nacional del Comahue, Argentina).

A todos los integrantes del Grupo de Extensión Gestores Costeros, que de una forma u otra colaboraron para hacer posible nuestro sueño e implementar las acciones de concientización turístico-ambiental previstas en el proyecto. Para ellos, un merecido y profundo agradecimiento, por la energía puesta en la tarea, la colaboración brindada, el apoyo incondicional y la continua disponibilidad que permitió concretar la tarea planificada.

Dra. Graciela Benseny
Directora Proyecto Extensión Gestores Costeros