VALORIZACIÓN TURÍSTICA DEL ESPACIO LITORAL (CAPITULO 1: SEGUNDA PARTE). GESTORES COSTEROS. DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA: UNA APLICACIÓN EN ÁREAS LITORALES.
GESTORES COSTEROS. DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA: UNA APLICACIÓN EN ÁREAS LITORALES.
Este libro es el resultado de investigaciones realizadas por las autoras, en algunos casos surgen del desarrollo de tesis de grado y posgrado, cursos de posgrado, presentaciones en reuniones científicas y actividades de transferencia realizadas a través del Proyecto de Extensión Gestores Costeros de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Nacional de Mar del Plata.
Se incluyen estudios de caso, reflexiones y conclusiones de diferentes investigaciones y experiencias educativas realizadas por parte de los integrantes del grupo Gestores Costeros. Se estructura a
través de un eje transversal que analiza las problemáticas ambientales en diferentes áreas litorales y las acciones de concientización turístico-ambiental tendientes a mitigar los efectos negativos de las obras del hombre. Se describen experiencias educativas realizadas por alumnos de la carrera de Licenciando en Turismo en instituciones de enseñanza inicial, primaria, secundaria y de formación profesional. Se espera que los aportes teóricos y las experiencias educativas sirvan de base para seguir profundizando el tema y los resultados del libro se conviertan en un instrumento de difusión en las ciudades costeras, cumpliendo con el compromiso de la Universidad hacia la comunidad y la relación entre ambas.
La valorización turística del espacio litoral origina una compleja intervención antrópica sobre los recursos naturales que sustentan la actividad. Algunas veces, el hombre planifica cuidadosamente sus obras y realiza una transformación territorial tratando de mantener un equilibrio con la naturaleza; pero en otras ocasiones, las obras que implica una urbanización turística se alejan de la mirada ambiental y originan una compleja problemática que pone en peligro la vida del destino turístico. A través de un estudio descriptivo y exploratorio, se analiza el proceso de valorización turística de áreas litorales, consideraciones geográficas de la zona costera, la antropización del espacio litoral, la evolución de las urbanizaciones turísticas costeras, los centros turísticos tradicionales y planificados, los modelos teóricos de evolución del espacio turístico y las consecuencias del turismo en áreas litorales. Se espera que el desarrollo y reflexiones del capítulo permitan concientizar al lector sobre las problemáticas turístico-ambientales que surgen a partir de una valorización turística del espacio litoral carente de criterios responsables.
Capítulo 1. (Segunda Parte)
LA VALORIZACIÓN TURÍSTICA DEL ESPACIO LITORAL
Dra. Graciela Beatriz Benseny
Universidad Nacional de Mar del Plata. Grupo Turismo y Territorio
Espacios Naturales y Culturales.
Introducción
A partir de la presencia de recursos naturales costeros con fuerte atractividad y potencialidad para convertirse en un futuro destino turístico, se origina la valorización del espacio litoral a partir de la identificación y caracterización de los elementos más significativos. Para comprender las características esenciales de un lugar se parte de un análisis del concepto área litoral o zona costera basado en una triple dimensión: geográfica, ecológica y turística.
Desde las Ciencias de la Tierra se analizan las características geográficas del área litoral, que permiten introducir el concepto de dinámica de la zona costera, donde se explican las diferentes zonas de la costa y sus elementos más destacados, así como los factores naturales y antrópicos que fovorecen o entorpecen el equilibrio natural en las áreas litorales.
A continuación se reflexiona sobre la antropización del espacio litoral, analizando diferentes obras del hombre, su concepción acerca de los usos y actividades, preferencias y exigencias de la demanda, que permite presentar la evolución de las urbanizaciones turísticas costeras, los cambios en la forma de apropiación del espacio litoral según las modas y valores vigentes en diferentes momentos históricos hasta la actualidad y el proceso de desarrollo de las urbanizaciones especializadas en turismo, que implica considerar los aportes de la planificación turística y las características más relevantes de los centros turísticos tradicionales o espontáneos y los centros turísticos planificados.
Luego, se analizan diferentes modelos teóricos de evolución del espacio turístico y de los cuales se desprenden las consecuencias del turismo en el espacio litoral. Por último, en las reflexiones finales se propone la necesidad de internalizar los beneficios del Turismo Responsable como una nueva forma de análisis y gestión del espacio litoral. La selección temática desarrollada constituye el material informativo básico que podrá ser utilizado para trabajar en diferentes instancias educativas, aspirando fortalecer e internalizar tanto en los alumnos capacitadores como en los alumnos destinatarios, una sólida conciencia ambiental.
Compartimos: DINÁMICA DEL ÁREA LITORAL, tema incluido en la segunda parte del Capitulo 1: LA VALORIZACIÓN TURÍSTICA DEL ESPACIO LITORAL del libro: GESTORES COSTEROS. DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA: UNA APLICACIÓN EN ÁREAS LITORALES. / Graciela Benseny (Coord.) - 1° ed. – Mar del Plata. Universidad Nacional de Mar del Plata, 2013, 248 p. Primera edición: diciembre 2013. ISBN: 978-987-543-755-5 Impreso en: Editorial Martín, Mar del Plata. Diseño y diagramación interior: Graciela Benseny Impreso en Argentina.
1.EL ESPACIO LITORAL
El espacio litoral, también llamado zona costera, es un lugar originalmente natural de suma importancia para el desarrollo de la vida humana, y ha sido transformado a través de la evolución del hombre. En los tiempos prehistóricos, el espacio litoral era el camino que facilitaba el traslado y proveía parte de los alimentos; durante el Renacimiento se transformó en el acceso de entrada del invasor; a partir del siglo XV con el proceso de expansión de fronteras de los imperios europeos facilitó el ingreso del conquistador adquiriendo una imagen de inseguridad y peligro para los habitantes del lugar que preferían vivir en sus proximidades. En la actualidad, tres cuartas partes del total de las ciudades más importantes del mundo se localizan en la zona costera, tanto en las orillas de un mar, lago y/o río, siendo la playa un recurso natural sumamente valorado para la vida social y recreativa de la población.
El abordaje de estudio del espacio litoral se realiza desde una perspectiva geográfica, ecológica y turística. Desde la perspectiva geográfica, la zona costera conforma una franja de ancho variable, resultante del contacto interactivo entre la naturaleza y las actividades humanas desarrolladas en ámbitos que comparten la existencia o la influencia del mar; posee una amplitud variable y resulta del contacto dinámico entre la hidrosfera y litosfera (Barragán Muñoz, 1994).
Bajo una mirada ecológica, la costa es una zona de ecotono con fuerte interrelación entre ecosistemas terrestres, marinos y aéreos, donde se generan y desarrollan procesos esenciales para el mantenimiento de la vida. La costa es un sistema de frontera abierta integrada por la tierra firme y el agua, vinculada por interacciones biofísicas. En palabras de Morello (2002), en la zona costera actúan procesos climatológicos generando precipitaciones (escurrimientos superficiales y subterráneos), físicos (crecientes, mareas, oleajes, inundaciones, vientos, transporte de sedimentos, erosión y sedimentación), mixtos (mezcla de agua dulce y salada), biológicos (acuáticos y terrestres) y penetración de la luz solar que favorece el desarrollo de la vida.
Desde la visión del turismo, la zona costera conforma un espacio de recreo para las prácticas helio-balneotrópicas y deportivas, constituye un área muy dinámica, donde existe una fuerte interrelación entre los ecosistemas terrestres y marinos, y los procesos climatológicos. Según expresan Vera Rebollo et al. (1997), la presencia de recursos naturales define la localización espacial del turismo y permite diferenciar entornos configurados por la función turística. A nivel mundial, los destinos litorales localizados en la zona intertropical constituyen el principal escenario del turismo de sol y playa, concentran gran parte de la oferta turística y captan tres cuartas partes de la demanda del turismo internacional, atrayendo turistas por la posibilidad de nadar, tomar sol, practicar deportes náuticos, contemplar y fotografiar paisajes, disfrutar de la naturaleza y una temperatura moderada (O.M.T. 2005).
La valorización del espacio litoral es un proceso complejo, parte del descubrimiento de un sitio natural que por su belleza y condiciones naturales se transforma en un potencial sitio urbanizado, que será acondicionado de acuerdo a los modelos arquitectónicos vigentes en su momento de creación. Por tanto, desde la mirada antrópica, la valorización del espacio litoral implica un elevado consumo de suelo, que asociado a las prácticas recreativas genera diversos modelos de implantación, transformación y reorganización de estructuras territoriales, sociales y económicas. El acondicionamiento turístico del espacio litoral exige poner en valor al recurso natural e implica la construcción de equipamiento específico para brindar servicios de alojamiento, restauración, transporte y recreación, así como servicios complementarios a la prestación turística (comercios, bancos, seguridad, sanidad, etc.) y las obras de infraestructura de base (vías de comunicación, terminales de transporte aéreo, terrestre y/o marítimo, servicios urbanos básicos –luz, agua, cloacas, limpieza-, etc.) para asegurar la accesibilidad al sitio.
Desde la bibliografía contemporánea europea, diferentes autores analizan la geografía del turismo, destacando entre ellos: Pearce (1988), Lozato Giotart (1990), Callizo Soneiro (1991), Vera Rebollo et al., (1997), Cazes et al. (1980), Lickorish (1994), y describen el proceso de valorización turística que origina el acondicionamiento del espacio litoral basado en una rápida transformación territorial, social y económica, donde las actividades tradicionales ceden lugar a los modelos de implantación que impone el turismo, se acelera la urbanización y configura la especialización turística.
Se produce una expansión territorial y modificación del uso de suelo en las zonas rurales y urbanas preexistentes, para convertirse en centros turísticos litorales. Tal como afirman Vera Rebollo et al. (1997:93) … “La actividad urbano-turística se convierte en el factor polarizador y dinamizador de las economías locales del litoral y su expansión queda condicionada a las posibilidades y disponibilidades de suelo (reducido interés agrícola, proximidad al mar), oportunidades de mercado (crecimiento de la demanda) y desarrollo de infraestructura”...
Dentro de la bibliografía turística europea, se destaca el análisis propuesto por Lozato Giotart (1990), quien analiza los factores geográficos que inciden en la localización turística, reconociendo la supremacía del clima y su vinculación con la presencia de los recursos naturales. Así como la montaña durante el invierno europeo se transforma en el escenario más valorado para las prácticas deportivas de deslizamiento sobre la nieve, las playas del Mar Mediterráneo concentran la mayor afluencia turística estival, debido a la heliofanía y sus propiedades balneotrópicas, siendo el clima el factor determinante que propicia el surgimiento y posicionamiento de los centros turísticos. Si bien los destinos litorales asociados a los factores naturales concentran los flujos turísticos mayores, existen factores culturales como los testimonios de la vida del hombre del pasado u obras del presente, o bien cuestiones económicas, tecnológicas y políticas que inciden en menor proporción en la movilidad turística internacional.
El surgimiento o proceso de desarrollo de los centros turísticos presenta distintas tipologías de análisis en función a su origen y organización. Un centro turístico puede iniciarse a partir de un cuidadoso proceso de planificación turística (centros planificados), o bien, resultar de la simple decisión de algunos actores sociales preexistentes que vislumbran la posibilidad de transformarse en un destino turístico (centros tradicionales o espontáneos); en ambos casos, pueden presentarse diferentes grados de integración en la estructura local y regional, adoptando un modelo de uso intensivo (concentrado en el área litoral) o extensivo (expandido hacia el interior).
Tal como proponen Vera Rebollo et al. (1997), la transformación de una comunidad en una localidad turística implica considerar el impacto que puede generar la nueva actividad, la aceptación del turismo por la comunidad local, la velocidad del proceso, la estructura económica y territorial preexistente, la accesibilidad, los cambios introducidos en el lugar y la región, etc. Los modelos planificados en forma integral impulsados por el sector público aspiran el desarrollo regional, creando nuevos espacios con infraestructura, equipamiento turístico, al margen de las estructuras anteriores; por otra parte, los modelos espontáneos o tradicionales se integran a las implantaciones en estructuras preexistentes, produciendo nuevos espacios más desordenados.
Tal como lo afirman Pearce (1988), Lozato Giotart (1990), Callizo Soneiro (1991) y Vera Rebollo et al., (1997), la actividad turística puede ser considerada como un instrumento para la construcción de nuevos espacios de crecimiento y desarrollo territorial. Las áreas de destino se asimilan a entidades dinámicas sujetas a la evolución del desarrollo del turismo. Por otra parte, la evolución del espacio turístico depende de los cambios en las preferencias y necesidades de los viajeros, degradación del medio físico e infraestructuras y el cambio de los recursos naturales y/o culturales.
Desde fines del siglo XIX, extensas áreas litorales sufren transformación, degradación ambiental y destrucción, como consecuencia del desarrollo de urbanizaciones y el apogeo del turismo de sol y playa. Las presiones ejercidas por una población cada vez más creciente para disfrutar sus vacaciones en la costa, amenazan con destruir los beneficios que ofrece la zona costera. Por lo tanto, el cuidado del ambiente en el área litoral requiere un conocimiento de las formas y procesos naturales, debido a la fragilidad y alta vulnerabilidad que presentan los recursos naturales, así como también una cuidadosa planificación y gestión responsable del destino.
Ver Consideraciones geográficas del área litoral
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2. Dinámica del área litoral
El análisis del área litoral implica conocer el movimiento del mar, la energía suministrada y los efectos que origina sobre la línea de costa al absorber dicha energía. Debido a que la zona costera es un espacio de interfase entre la tierra y el mar, actúan directamente: el oleaje, las corrientes marinas, las mareas y el viento; por tanto, las interacciones físicas que se originan son únicas y complejas, pero al mismo tiempo, susceptibles de ser alteradas por la influencia del hombre y/o los fenómenos meteorológicos.
Entre los elementos que determinan la dinámica del área litoral Strahler y Strahler (2005) destacan:
a) La costa es una franja de territorio próximo al mar, extendida hacia el continente hasta donde aparece el primer cambio en el rasgo morfológico no influenciado por el proceso marino.
b) La playa es un tipo de costa baja, con acumulación de material sedimentario, puede presentar diferente forma, granulometría, color de la arena, dimensión y pendiente.
c) La línea de costa es el límite entre la costa y la playa, con frecuencia está representada por el pie de un acantilado o la base del primer cordón de médano costero.
Por otra parte, las características topográficas y el tipo de suelo influyen en la dinámica del área litoral. Según los tipos de costas analizados por Moreno Castillo (2007), existen costas blandas, sedimentarias con dunas y playas, propiciando la formación de una red de agua subterránea que fluye hacia las zonas bajas y favorece la presencia de lagunas temporarias en los valles intermedanosos. Por otra parte, existen costas altas con formación rocosa, de tipo acantilado con sectores sedimentarios al pie del mismo o expuestos directamente al oleaje.
La costa desempeña una función de protección de la tierra firme. Su propia dinámica le permite recibir el impacto del mar y de los vientos, sobre todo durante los eventos que producen gran oleaje, como los vientos estacionales destacando a nivel mundial los impactos de los huracanes, tifones, y en orden regional la presencia de las Sudestadas en las costas de la provincia de Buenos Aires. Los médanos vivos (desprovistos de vegetación) protegen las costas bajas del oleaje producido por los fuertes vientos y tormentas, que originan una elevación del nivel del mar. Para el cuidado del recurso natural resulta fundamental mantener las condiciones originales del ambiente, el médano vivo actúa como un reservorio de arena y contribuye a lograr el equilibrio en la dinámica costera.
El médano forestado con especies exóticas introducidas por el hombre modifica el ecosistema litoral, transformando al médano vivo en médano fijo; por tanto, afecta la dinámica del área litoral. Los procesos de antropización de la zona costera originados como consecuencia de la valorización turística del área litoral, se basan en tareas de nivelación de médanos, extracción de arena para la construcción e impermeabilización originada por la urbanización, situación que implica una mayor
vulnerabilidad de la zona costera ante la acción de los fenómenos meteorológicos, poniendo en riesgo las propias obras realizadas por el hombre.
La imagen destaca: la zona de acción del viento, el área afectada por la acción de las olas, la zona húmeda, la zona de rompiente y la zona de aguas profundas, y la superficie de playa terrestre, donde deja su impacto la acción de las olas y el viento, originando una berma de verano y otra de invierno (zonas de acumulación) que pueden estar afectadas por la zona intermareal. De manera particular, la zona de acción del viento determina la formación de una primera línea de médanos, para proteger la costa y mantener la dinámica del área litoral. Este primer cordón de médanos, debe mantenerse libre de ocupación y/o construcción dado que actúa como reservorio de arena, alimentando a la playa durante los períodos de extracción de arena como consecuencia de los fenómenos meteorológicos.
En la imagen se aprecia el sector denominado límite de la acción de las olas, formado por la berma de invierno y verano, resaltando la cresta de la berma de verano, la antecosta y el perfil de invierno. Este sector conforma la playa o geoforma de acumulación marina formada por sedimentos no consolidados que se extiende desde la línea de costa hacia el mar. Se pueden distinguir: la playa submarina, la playa frontal o estrán, la playa distal o alta, y el médano (Echeverría, 1987).
La playa submarina está sumergida, comienza en el pequeño acantilado y se desarrolla en una franja ondulada con canales y bancos prelitorales, continuándose en forma regular hasta unirse con la plataforma submarina. La playa frontal o estrán queda sumergida por las aguas durante la pleamar y descubierta en la bajamar, el límite inferior indica el comienzo de la playa submarina, que puede estar marcado por un acantilado, su morfología es plana y durante la pleamar se acumulan sedimentos como resultado de la reposición natural. Se extiende desde la línea de baja marea hasta la parte más alta de la playa denominada berma, donde se desarrolla una comunidad biótica característica. Las playas arenosas son importantes porque mantienen la línea de costa de forma dinámica, es la zona de transición (ecotono) entre los sistemas terrestres y los marinos, y son sumamente importantes en lo que respecta al turismo y la recreación.
La playa distal o alta, se extiende desde el pie de la duna hasta la línea de pleamar, presenta escalones o bermas producto de la alimentación de la playa por la corriente de deriva, está expuesta a los fenómenos meteorológicos. A continuación se desarrolla el médano o primer cordón de acumulación de arena, cumpliendo diferentes funciones: constituye el hábitat de aves y animales, permite la filtración del aporte pluvial, protege al acuífero, sirve de base para la forestación, urbanización y como escenario para las prácticas de turísticas y recreativas.
2.2. Factores naturales que actúan en la dinámica costera.
Entre los factores naturales que intervienen en la dinámica costera se destacan:
- Las olas. Constituyen el factor modelador dominante en las costas abiertas. Son ondas generadas por el viento que se desplazan en la superficie de los océanos. Tienen un período de tiempo que transcurre entre el paso de os crestas de ola, variando entre 1 a 30 segundos según la intensidad del
viento. Las olas con períodos menores a 5 ó 6 segundos (llamadas “seas”) son generadas por vientos locales; y las olas cuya área de generación está alejada de la costa (llamadas “swell”) son más regulares, achatadas y con mayor período de duración.
Las olas forman corrientes que pueden desplazar a los sedimentos, en forma transversal a la costa (onshore-offshore) o paralelas a la costa (corrientes longitudinales o longshore currents). Las olas cambian estacionalmente, originando un reajuste en la forma de la playa. El material erosionado es transportado hacia la playa sumergida formando bancos submarinos que luego retornan a la playa bajo condiciones de ola normal (swell).
- Las corrientes marinas. Son flujos de agua paralelos o normales a la playa, originados por la acción del oleaje. Según expresan Stralher y Stralher (2005), el flujo de agua paralelo a la costa, formado por el ingreso a la playa de olas en dirección oblicua forma la corriente de deriva litoral. Estas corrientes generan un flujo turbulento que se desplaza entre la zona de rompiente y la playa. La arena de la playa, al recibir el impacto de la ola en forma oblicua se desplaza perpendicular al frente incidente (swash) y al retirarse la ola las partículas de arena bajan siguiendo la máxima pendiente de la playa (backwash). Las infinitas partículas de arena movilizándose con cada ingreso de la ola generan un movimiento de arena a lo largo de la costa denominado deriva litoral.
El sentido de la deriva litoral depende del ángulo de incidencia del tren de olas, originando variaciones periódicas en la dirección de la misma. Cuando el tren de olas proviene del norte o noreste la deriva es hacia el sur; si el frente de olas proviene del sur o sudeste, la deriva litoral será hacia el norte y movilizará mayor cantidad de arena dada la mayor altura de ola característica de estos frentes de tormenta. Al realizar cualquier intervención en el sector costero, es necesario calcular la deriva neta, considerando la sumatoria de las sucesivas derivas durante un período prolongado de
observación.
- Las mareas. Son ascensos y descensos periódicos del nivel del agua,causados por la interacción gravitacional entre la tierra, la luna y el sol. Son ondas de largo período (12 ó 24 horas) que se desplazan en la superficie de los océanos. Las mareas pueden ser diurnas (una pleamar y una bajamar en 24 horas), semidiurnas (2 pleamares y 2 bajamares cada 24 horas) o mixtas. Las mareas de sicigia alcanzan la máxima amplitud, se originan cuando la luna y el sol están alineados con la Tierra.
- El viento. Actúa como un agente de erosión, transporte y depositación de sedimentos, con fuerte influencia en la geomorfología costera. El transporte del sedimento se realiza por saltación, cuando la granulometría de la arena es pequeña facilita su traslado dando saltos, al ser levantados y movilizados los granos de arena por el viento. La altura del transporte depende de la velocidad del viento y del tamaño del grano de arena, cuando el grano es pequeño el transporte eólico puede superar un metro de distancia.
La acumulación de arena por el viento favorece la generación de dunas o médanos, como geoformas deposicionales, o sea formadas por efecto de saltación de la arena y actúan como un depósito o reservorio de arena. La dimensión, origen y tamaño del grano de arena realiza un recorrido que depende tanto de la duración, dirección, velocidad y alcance del viento, como del tipo de sedimentos y vegetación para formar una duna. Según Stralher y Stralher (2005) identifican los siguientes tipos:
- Dunas con crestas transversales. Cordones de arena elongados formados por el predominio de los vientos unidireccionales y el alto aporte de arena. Están asociados a grandes mantos de arena (desiertos), se presentan como una serie de lomas casi paralelas entre sí, separadas por depresiones alargadas, siendo el eje longitudinal perpendicular a la dirección del viento prevaleciente.
- Dunas con crestas barjanoides. Presentan crestas de arena sinuosas, formadas por vientos unidireccionales con menor aporte y mayor velocidad de viento.
- Dunas de Barjan o barchán. Adoptan una forma de media luna, con una cresta de arena viva en forma de arco, con extremos o cuernos que apuntan según la dirección del viento, debido a que los mismos migran más rápido que el cuerpo central y muestran el sentido de avance de la duna. La parte convexa o lado de barlovento (azotado por el viento) presenta una suave pendiente, dado que la arena es desplazada por el viento hacia arriba hasta alcanzar la cresta, donde caen las partículas de arena por la escarpada cara de deslizamiento, derrumbándose por el lado de sotavento (protegido por el viento), mucho más pronunciado, provocando el avance o movimiento de la duna.
- Dunas parabólicas. Presentan crestas arqueadas con forma de parábola, donde los extremos o cuernos apuntan en dirección contraria al viento. En esta geoforma la parte convexa presenta una fuerte pendiente e indica la presencia de vientos unidireccionales, menor aporte y presencia de vegetación.
- Dunas en voladura. Son geoformas similares a cubetas o canaletas formadas sobre dunas previas.
- Montículos de arena. Constituyen una deposición, con núcleos irregulares formados al reparo de la vegetación.
- Duna costera, también denominada duna anterior o foredune. Se trata de un cordón o montículo de arena adyacente a la playa, cumple la función de buffer para las tormentas.
- Dunas reversibles. Son crestas empinadas originadas por la presencia de dos direcciones de vientos predominantes en direcciones opuestas. El principal factor de control del crecimiento de una duna es el aporte de sedimentos que proviene de la playa posterior, por ser el sector que permanece seco durante la mayor parte de los días. Las dunas tienden a ser colonizadas por vegetación que las hacen más estables, como las gramíneas con largas raíces y rizomas, permitiendo la depositación de arena.
Los campos de dunas costeras o cordones medanosos protegen la costa en los sistemas litorales, constituyen una de las principales fuentes de abastecimiento y sumidero de arena. Si bien las dunas poseen rasgos comunes en costas arenosas, son fuentes finitas, es decir pueden desaparecer según los usos que haga el hombre de ellas; por tanto, necesitan ser protegidas y preservadas. En el proceso de urbanización originado por la valorización del área litoral, las dunas sufren fuerte presión humana, y en ocasiones el efecto producido por el hombre es irreversible.
- Los Fenómenos meteorológicos. Tormentas originadas por la combinación de un centro de baja presión barométrica y altos vientos, que dirigidos hacia la playa pueden elevar el nivel del agua unos cuantos metros.
A pocas profundidades, el viento traslada el agua hacia la playa o la desplaza hacia la zona de aguas profundas. Cuando las tormentas coinciden con una marea de sicigia, se produce un aumento importante del nivel del mar, situación que puede originar una modificación en el perfil de playa o un
proceso de erosión costera.
Pueden originar un aumento en la altura de ola, produciendo la movilización de arena de la playa posterior (bermas) y anterior hacia la playa sumergida donde forma barras bajo el agua. Las barras permanecen estables durante algunos días, al retornar las condiciones de ola normal (swell) comienzan a movilizarse hacia la playa frontal recomponiendo el perfil de playa.
2.3. Factores antrópicos que actúan en la dinámica costera
La incorporación de nuevos usos y actividades en el área litoral origina transformaciones territoriales y ambientales que inciden en la dinámica costera. El cambio en las actividades económicas, el rápido incremento poblacional, el surgimiento de nuevas urbanizaciones costeras, la falta de una planificación responsable ambientalmente y la ausencia de políticas de manejo adecuadas para las áreas costeras, originan un compleja problemática ambiental centrada en la erosión costera.
Según Barragán Muñoz (2003), entre las causas antrópicas que ejercen su influencia en la erosión inducida sobre la playa se destacan la extracción de arena de la playa y duna costera, la eliminación o decapitación de la duna, el incremento en la escorrentía superficial por impermeabilización e introducción de vías de drenaje artificiales, y obras de defensa duras que originan consecuencias negativas en la zona costera.
No te pierdas "Antropización del espacio litoral" en nuestro próximo post.
El análisis del área litoral implica conocer el movimiento del mar, la energía suministrada y los efectos que origina sobre la línea de costa al absorber dicha energía. Debido a que la zona costera es un espacio de interfase entre la tierra y el mar, actúan directamente: el oleaje, las corrientes marinas, las mareas y el viento; por tanto, las interacciones físicas que se originan son únicas y complejas, pero al mismo tiempo, susceptibles de ser alteradas por la influencia del hombre y/o los fenómenos meteorológicos.
Entre los elementos que determinan la dinámica del área litoral Strahler y Strahler (2005) destacan:
a) La costa es una franja de territorio próximo al mar, extendida hacia el continente hasta donde aparece el primer cambio en el rasgo morfológico no influenciado por el proceso marino.
b) La playa es un tipo de costa baja, con acumulación de material sedimentario, puede presentar diferente forma, granulometría, color de la arena, dimensión y pendiente.
c) La línea de costa es el límite entre la costa y la playa, con frecuencia está representada por el pie de un acantilado o la base del primer cordón de médano costero.
Por otra parte, las características topográficas y el tipo de suelo influyen en la dinámica del área litoral. Según los tipos de costas analizados por Moreno Castillo (2007), existen costas blandas, sedimentarias con dunas y playas, propiciando la formación de una red de agua subterránea que fluye hacia las zonas bajas y favorece la presencia de lagunas temporarias en los valles intermedanosos. Por otra parte, existen costas altas con formación rocosa, de tipo acantilado con sectores sedimentarios al pie del mismo o expuestos directamente al oleaje.
La costa desempeña una función de protección de la tierra firme. Su propia dinámica le permite recibir el impacto del mar y de los vientos, sobre todo durante los eventos que producen gran oleaje, como los vientos estacionales destacando a nivel mundial los impactos de los huracanes, tifones, y en orden regional la presencia de las Sudestadas en las costas de la provincia de Buenos Aires. Los médanos vivos (desprovistos de vegetación) protegen las costas bajas del oleaje producido por los fuertes vientos y tormentas, que originan una elevación del nivel del mar. Para el cuidado del recurso natural resulta fundamental mantener las condiciones originales del ambiente, el médano vivo actúa como un reservorio de arena y contribuye a lograr el equilibrio en la dinámica costera.
El médano forestado con especies exóticas introducidas por el hombre modifica el ecosistema litoral, transformando al médano vivo en médano fijo; por tanto, afecta la dinámica del área litoral. Los procesos de antropización de la zona costera originados como consecuencia de la valorización turística del área litoral, se basan en tareas de nivelación de médanos, extracción de arena para la construcción e impermeabilización originada por la urbanización, situación que implica una mayor
vulnerabilidad de la zona costera ante la acción de los fenómenos meteorológicos, poniendo en riesgo las propias obras realizadas por el hombre.
En la imagen se aprecia el sector denominado límite de la acción de las olas, formado por la berma de invierno y verano, resaltando la cresta de la berma de verano, la antecosta y el perfil de invierno. Este sector conforma la playa o geoforma de acumulación marina formada por sedimentos no consolidados que se extiende desde la línea de costa hacia el mar. Se pueden distinguir: la playa submarina, la playa frontal o estrán, la playa distal o alta, y el médano (Echeverría, 1987).
La playa submarina está sumergida, comienza en el pequeño acantilado y se desarrolla en una franja ondulada con canales y bancos prelitorales, continuándose en forma regular hasta unirse con la plataforma submarina. La playa frontal o estrán queda sumergida por las aguas durante la pleamar y descubierta en la bajamar, el límite inferior indica el comienzo de la playa submarina, que puede estar marcado por un acantilado, su morfología es plana y durante la pleamar se acumulan sedimentos como resultado de la reposición natural. Se extiende desde la línea de baja marea hasta la parte más alta de la playa denominada berma, donde se desarrolla una comunidad biótica característica. Las playas arenosas son importantes porque mantienen la línea de costa de forma dinámica, es la zona de transición (ecotono) entre los sistemas terrestres y los marinos, y son sumamente importantes en lo que respecta al turismo y la recreación.
La playa distal o alta, se extiende desde el pie de la duna hasta la línea de pleamar, presenta escalones o bermas producto de la alimentación de la playa por la corriente de deriva, está expuesta a los fenómenos meteorológicos. A continuación se desarrolla el médano o primer cordón de acumulación de arena, cumpliendo diferentes funciones: constituye el hábitat de aves y animales, permite la filtración del aporte pluvial, protege al acuífero, sirve de base para la forestación, urbanización y como escenario para las prácticas de turísticas y recreativas.
2.2. Factores naturales que actúan en la dinámica costera.
Entre los factores naturales que intervienen en la dinámica costera se destacan:
- Las olas. Constituyen el factor modelador dominante en las costas abiertas. Son ondas generadas por el viento que se desplazan en la superficie de los océanos. Tienen un período de tiempo que transcurre entre el paso de os crestas de ola, variando entre 1 a 30 segundos según la intensidad del
viento. Las olas con períodos menores a 5 ó 6 segundos (llamadas “seas”) son generadas por vientos locales; y las olas cuya área de generación está alejada de la costa (llamadas “swell”) son más regulares, achatadas y con mayor período de duración.
Las olas forman corrientes que pueden desplazar a los sedimentos, en forma transversal a la costa (onshore-offshore) o paralelas a la costa (corrientes longitudinales o longshore currents). Las olas cambian estacionalmente, originando un reajuste en la forma de la playa. El material erosionado es transportado hacia la playa sumergida formando bancos submarinos que luego retornan a la playa bajo condiciones de ola normal (swell).
- Las corrientes marinas. Son flujos de agua paralelos o normales a la playa, originados por la acción del oleaje. Según expresan Stralher y Stralher (2005), el flujo de agua paralelo a la costa, formado por el ingreso a la playa de olas en dirección oblicua forma la corriente de deriva litoral. Estas corrientes generan un flujo turbulento que se desplaza entre la zona de rompiente y la playa. La arena de la playa, al recibir el impacto de la ola en forma oblicua se desplaza perpendicular al frente incidente (swash) y al retirarse la ola las partículas de arena bajan siguiendo la máxima pendiente de la playa (backwash). Las infinitas partículas de arena movilizándose con cada ingreso de la ola generan un movimiento de arena a lo largo de la costa denominado deriva litoral.
El sentido de la deriva litoral depende del ángulo de incidencia del tren de olas, originando variaciones periódicas en la dirección de la misma. Cuando el tren de olas proviene del norte o noreste la deriva es hacia el sur; si el frente de olas proviene del sur o sudeste, la deriva litoral será hacia el norte y movilizará mayor cantidad de arena dada la mayor altura de ola característica de estos frentes de tormenta. Al realizar cualquier intervención en el sector costero, es necesario calcular la deriva neta, considerando la sumatoria de las sucesivas derivas durante un período prolongado de
observación.
- Las mareas. Son ascensos y descensos periódicos del nivel del agua,causados por la interacción gravitacional entre la tierra, la luna y el sol. Son ondas de largo período (12 ó 24 horas) que se desplazan en la superficie de los océanos. Las mareas pueden ser diurnas (una pleamar y una bajamar en 24 horas), semidiurnas (2 pleamares y 2 bajamares cada 24 horas) o mixtas. Las mareas de sicigia alcanzan la máxima amplitud, se originan cuando la luna y el sol están alineados con la Tierra.
- El viento. Actúa como un agente de erosión, transporte y depositación de sedimentos, con fuerte influencia en la geomorfología costera. El transporte del sedimento se realiza por saltación, cuando la granulometría de la arena es pequeña facilita su traslado dando saltos, al ser levantados y movilizados los granos de arena por el viento. La altura del transporte depende de la velocidad del viento y del tamaño del grano de arena, cuando el grano es pequeño el transporte eólico puede superar un metro de distancia.
La acumulación de arena por el viento favorece la generación de dunas o médanos, como geoformas deposicionales, o sea formadas por efecto de saltación de la arena y actúan como un depósito o reservorio de arena. La dimensión, origen y tamaño del grano de arena realiza un recorrido que depende tanto de la duración, dirección, velocidad y alcance del viento, como del tipo de sedimentos y vegetación para formar una duna. Según Stralher y Stralher (2005) identifican los siguientes tipos:
- Dunas con crestas transversales. Cordones de arena elongados formados por el predominio de los vientos unidireccionales y el alto aporte de arena. Están asociados a grandes mantos de arena (desiertos), se presentan como una serie de lomas casi paralelas entre sí, separadas por depresiones alargadas, siendo el eje longitudinal perpendicular a la dirección del viento prevaleciente.
- Dunas con crestas barjanoides. Presentan crestas de arena sinuosas, formadas por vientos unidireccionales con menor aporte y mayor velocidad de viento.
- Dunas de Barjan o barchán. Adoptan una forma de media luna, con una cresta de arena viva en forma de arco, con extremos o cuernos que apuntan según la dirección del viento, debido a que los mismos migran más rápido que el cuerpo central y muestran el sentido de avance de la duna. La parte convexa o lado de barlovento (azotado por el viento) presenta una suave pendiente, dado que la arena es desplazada por el viento hacia arriba hasta alcanzar la cresta, donde caen las partículas de arena por la escarpada cara de deslizamiento, derrumbándose por el lado de sotavento (protegido por el viento), mucho más pronunciado, provocando el avance o movimiento de la duna.
- Dunas parabólicas. Presentan crestas arqueadas con forma de parábola, donde los extremos o cuernos apuntan en dirección contraria al viento. En esta geoforma la parte convexa presenta una fuerte pendiente e indica la presencia de vientos unidireccionales, menor aporte y presencia de vegetación.
- Dunas en voladura. Son geoformas similares a cubetas o canaletas formadas sobre dunas previas.
- Montículos de arena. Constituyen una deposición, con núcleos irregulares formados al reparo de la vegetación.
- Duna costera, también denominada duna anterior o foredune. Se trata de un cordón o montículo de arena adyacente a la playa, cumple la función de buffer para las tormentas.
- Dunas reversibles. Son crestas empinadas originadas por la presencia de dos direcciones de vientos predominantes en direcciones opuestas. El principal factor de control del crecimiento de una duna es el aporte de sedimentos que proviene de la playa posterior, por ser el sector que permanece seco durante la mayor parte de los días. Las dunas tienden a ser colonizadas por vegetación que las hacen más estables, como las gramíneas con largas raíces y rizomas, permitiendo la depositación de arena.
Los campos de dunas costeras o cordones medanosos protegen la costa en los sistemas litorales, constituyen una de las principales fuentes de abastecimiento y sumidero de arena. Si bien las dunas poseen rasgos comunes en costas arenosas, son fuentes finitas, es decir pueden desaparecer según los usos que haga el hombre de ellas; por tanto, necesitan ser protegidas y preservadas. En el proceso de urbanización originado por la valorización del área litoral, las dunas sufren fuerte presión humana, y en ocasiones el efecto producido por el hombre es irreversible.
- Los Fenómenos meteorológicos. Tormentas originadas por la combinación de un centro de baja presión barométrica y altos vientos, que dirigidos hacia la playa pueden elevar el nivel del agua unos cuantos metros.
A pocas profundidades, el viento traslada el agua hacia la playa o la desplaza hacia la zona de aguas profundas. Cuando las tormentas coinciden con una marea de sicigia, se produce un aumento importante del nivel del mar, situación que puede originar una modificación en el perfil de playa o un
proceso de erosión costera.
Pueden originar un aumento en la altura de ola, produciendo la movilización de arena de la playa posterior (bermas) y anterior hacia la playa sumergida donde forma barras bajo el agua. Las barras permanecen estables durante algunos días, al retornar las condiciones de ola normal (swell) comienzan a movilizarse hacia la playa frontal recomponiendo el perfil de playa.
2.3. Factores antrópicos que actúan en la dinámica costera
La incorporación de nuevos usos y actividades en el área litoral origina transformaciones territoriales y ambientales que inciden en la dinámica costera. El cambio en las actividades económicas, el rápido incremento poblacional, el surgimiento de nuevas urbanizaciones costeras, la falta de una planificación responsable ambientalmente y la ausencia de políticas de manejo adecuadas para las áreas costeras, originan un compleja problemática ambiental centrada en la erosión costera.
Según Barragán Muñoz (2003), entre las causas antrópicas que ejercen su influencia en la erosión inducida sobre la playa se destacan la extracción de arena de la playa y duna costera, la eliminación o decapitación de la duna, el incremento en la escorrentía superficial por impermeabilización e introducción de vías de drenaje artificiales, y obras de defensa duras que originan consecuencias negativas en la zona costera.
No te pierdas "Antropización del espacio litoral" en nuestro próximo post.
GESTORES COSTEROS DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA:
UNA APLICACIÓN EN ÁREAS LITORALES
UNA APLICACIÓN EN ÁREAS LITORALES
A la memoria de María Marcela Eraso,
quien formó y acompañó con toda su pasión a los
“Gestores Costeros”
AUTORAS:
Graciela Benseny. Licenciada en Turismo y Magister en Gestión Ambiental del Desarrollo Urbano, Universidad Nacional de Mar del Plata. Doctora en Geografía, Universidad Nacional del Sur.
Mónica García. Licenciada en Geografía y Magister en Gestión Ambiental del Desarrollo Urbano, Universidad Nacional de Mar del Plata. Doctora en Geografía, Universidad Nacional del Sur.
Cristina Varisco. Licenciada en Turismo y Magister en Ciencias Sociales con mención en Economía, Universidad Nacional de Mar del Plata.
María Graciela González. Licenciada en Turismo, Universidad Nacional de Mar del Plata.
Noelia Padilla. Licenciada en Geografía, Universidad Nacional de Mar del Plata. Becaria CONICET.
Noelia Maresca. Profesora en Geografía, Universidad Nacional de Mar del Plata. Becaria CIN.
Jorgelina Cano. Licenciada en Turismo, Universidad Nacional de Mar del Plata.
Guadalupe González. Licenciada en Turismo, Universidad Nacional de Mar del Plata.
Lucía Campoliete. Alumna de la carrera de Licenciado en Turismo, Universidad Nacional de Mar del Plata.
Lucía Comelli. Alumna de la carrera de Licenciado en Turismo, Universidad Nacional de Mar del Plata.
Carolina Irigoin. Alumna de la carrera de Licenciado en Turismo, Universidad Nacional de Mar del Plata.
Virginia Jouanny. Alumna de la carrera de Licenciado en Turismo,Universidad Nacional de Mar del Plata.
Constanza Lalli. Alumna de la carrera de Licenciado en Turismo, Universidad Nacional de Mar del Plata.
Noelia Lao. Alumna de la carrera de Licenciado en Turismo, Universidad Nacional de Mar del Plata.
Jésica Ojeda. Alumna de la carrera de Licenciado en Turismo, Universidad Nacional de Mar del Plata.
Ailín Mailén Tur Mauri. Alumna de la carrera de Licenciado en Turismo, Universidad Nacional de Mar del Plata.
AGRADECIMIENTOS
El presente libro pone en consideración algunos resultados de tesis de grado para obtener el título de Licenciado en Turismo, tesis correspondientes a estudios de maestrías y doctorados, así como también, trabajos de investigación de cursos de posgrado. De manera particular, se describen diferentes experiencias educativas planificadas y realizadas por alumnos integrantes del Grupo de Extensión Gestores Costeros. Por tanto, nuestro primer agradecimiento está dirigido a todas las instituciones educativas que nos abrieron sus puertas, permitiendo llevar nuestro mensaje y concretar las acciones de concientización turístico-ambiental.
Es nuestro deseo agradecer a la CP. Lic. María Eugenia Libera, quien desde su rol de Secretaria de Extensión y Transferencia de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales en el momento de presentar el proyecto Gestores Costeros, nos entusiasmó para concretar cada uno de los pasos a seguir. Gracias al asesoramiento de nuestra querida “Maru” pudimos cumplir con todos los requisitos formales; sin su ayuda y consejos quizás los resultados hubieran sido diferentes.
También, es nuestro deseo agradecer todo el apoyo recibido del actual Secretario de Extensión, Msc. Raúl de Vega, haciéndolo extensivo a todo el equipo que lidera. Una especial mención para la Lic. María Laura Roberto, quien nos acompaña y facilita la tarea administrativa.
En forma especial, queremos agradecer a todos los evaluadores de cada uno de los capítulos publicados, producto de investigaciones, tanto con carácter de grado como posgrado. Destacando particularmente: Dra. Patricia Ercolani y Dr. Roberto Bustos Cara (Universidad Nacional del Sur, Argentina), Dr. Miguel Seguí Lliñás y Dra. Isabel Moreno Castillo (Universidad de Islas Baleares, España), Dr. Alfonso de Jesús Jiménez Martínez (Universidad del Caribe, México), Dr. Enrique Jurado Navarro (Universidad de Málaga, España).
Además, hacemos extensivo nuestro reconocimiento a los docentes que actuaron en el Comité Científico de Evaluación de ponencias presentadas en diferentes encuentros científicos con carácter internacional, plasmadas en capítulos del presente libro: Dr. Eduardo Salinas Chávez (Universidad de La Habana, Cuba), Lic. María Silvia Bouteiller (Universidad Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e islas del Atlántico Sur, Argentina), Msc. Lucía Tamagni, Dra. Adriana Otero y Msc. Ana María Boschi (Universidad Nacional del Comahue, Argentina).
A todos los integrantes del Grupo de Extensión Gestores Costeros, que de una forma u otra colaboraron para hacer posible nuestro sueño e implementar las acciones de concientización turístico-ambiental previstas en el proyecto. Para ellos, un merecido y profundo agradecimiento, por la energía puesta en la tarea, la colaboración brindada, el apoyo incondicional y la continua disponibilidad que permitió concretar la tarea planificada.
Dra. Graciela Benseny
Directora Proyecto Extensión Gestores Costeros
AGRADECIMIENTOS
El presente libro pone en consideración algunos resultados de tesis de grado para obtener el título de Licenciado en Turismo, tesis correspondientes a estudios de maestrías y doctorados, así como también, trabajos de investigación de cursos de posgrado. De manera particular, se describen diferentes experiencias educativas planificadas y realizadas por alumnos integrantes del Grupo de Extensión Gestores Costeros. Por tanto, nuestro primer agradecimiento está dirigido a todas las instituciones educativas que nos abrieron sus puertas, permitiendo llevar nuestro mensaje y concretar las acciones de concientización turístico-ambiental.
Es nuestro deseo agradecer a la CP. Lic. María Eugenia Libera, quien desde su rol de Secretaria de Extensión y Transferencia de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales en el momento de presentar el proyecto Gestores Costeros, nos entusiasmó para concretar cada uno de los pasos a seguir. Gracias al asesoramiento de nuestra querida “Maru” pudimos cumplir con todos los requisitos formales; sin su ayuda y consejos quizás los resultados hubieran sido diferentes.
También, es nuestro deseo agradecer todo el apoyo recibido del actual Secretario de Extensión, Msc. Raúl de Vega, haciéndolo extensivo a todo el equipo que lidera. Una especial mención para la Lic. María Laura Roberto, quien nos acompaña y facilita la tarea administrativa.
En forma especial, queremos agradecer a todos los evaluadores de cada uno de los capítulos publicados, producto de investigaciones, tanto con carácter de grado como posgrado. Destacando particularmente: Dra. Patricia Ercolani y Dr. Roberto Bustos Cara (Universidad Nacional del Sur, Argentina), Dr. Miguel Seguí Lliñás y Dra. Isabel Moreno Castillo (Universidad de Islas Baleares, España), Dr. Alfonso de Jesús Jiménez Martínez (Universidad del Caribe, México), Dr. Enrique Jurado Navarro (Universidad de Málaga, España).
Además, hacemos extensivo nuestro reconocimiento a los docentes que actuaron en el Comité Científico de Evaluación de ponencias presentadas en diferentes encuentros científicos con carácter internacional, plasmadas en capítulos del presente libro: Dr. Eduardo Salinas Chávez (Universidad de La Habana, Cuba), Lic. María Silvia Bouteiller (Universidad Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e islas del Atlántico Sur, Argentina), Msc. Lucía Tamagni, Dra. Adriana Otero y Msc. Ana María Boschi (Universidad Nacional del Comahue, Argentina).
A todos los integrantes del Grupo de Extensión Gestores Costeros, que de una forma u otra colaboraron para hacer posible nuestro sueño e implementar las acciones de concientización turístico-ambiental previstas en el proyecto. Para ellos, un merecido y profundo agradecimiento, por la energía puesta en la tarea, la colaboración brindada, el apoyo incondicional y la continua disponibilidad que permitió concretar la tarea planificada.
Dra. Graciela Benseny
Directora Proyecto Extensión Gestores Costeros