PROBLEMÁTICA AMBIENTAL EN LA ZONA COSTERA DEL PARTIDO DE MAR CHIQUITA, ARGENTINA.


PROBLEMÁTICA AMBIENTAL EN LA ZONA COSTERA DEL PARTIDO DE MAR CHIQUITA, ARGENTINA

INTRODUCCIÓN

El Partido de Mar Chiquita refleja la división espacial propuesta por Vera et al., (1997), imaginariamente dividido en dos sectores: el interior (o mediterráneo) donde se conservan los usos originarios, siendo la actividad agropecuaria la base de la economía, con fuerte presencia de población muy arraigada en el lugar y a través del tiempo; y la zona costera, que ha sufrido un proceso de fragmentación territorial originando pequeñas urbanizaciones litorales, donde prevalece la actividad turística en reemplazado de las tradicionales, dependiendo principalmente de dicha actividad, con una población estable conformada por habitantes ajenos a la costa y una población temporaria con marcada presencia durante la temporada estival.

Año tras año, la zona costera del partido sufre la organización que le imprimen las pulsaciones veraniegas, como expresión de una tenue articulación estacional que responde a estímulos no locales; durante el resto del año vuelve a su condición natural de espacio funcional a las decisiones que le competen a los núcleos dominantes, que precisamente se vinculan con el espacio interior o mediterráneo, a partir del proceso histórico de ocupación de la zona, ampliamente orientado a la actividad agrícolo-ganadera.

A raíz de la crisis económica sufrida por el país en los últimos años, el sector primario de la región ha decaído paulatinamente, en tanto que ha tenido un mayor desarrollo el sector terciario, destacándose el turismo de sol y playa en la zona costera, actividades de turismo alternativo en el espacio interior y turismo de estancias que evocan la historia rural de nuestro país y añoran el poder económico perdido por los grandes terratenientes.

El tema de la ponencia integra la investigación en curso “Turismo y Desarrollo en Destinos Costeros de la Provincia de Buenos Aires”, que está realizando el Grupo Espacios Naturales y Culturales de la Universidad Nacional de Mar del Plata, cuyo objetivo general aspira realizar, a través de un enfoque pluri-dimensional, un diagnóstico y formular proposiciones tendientes a lograr el desarrollo turístico de Santa Clara del Mar, como ejemplo de localidad costera. De manera particular, desde la dimensión ambiental se analiza la problemática del ambiente de la zona costera, a partir del proceso de fragmentación territorial que origina nuevas urbanizaciones turísticas y sus principales problemáticas turístico-ambientales.

El objeto de estudio comprende el litoral del Partido de Mar Chiquita, provincia de Buenos Aires, Argentina, integrado por las siguientes urbanizaciones: Playa Dorada, Santa Elena, Frente Mar, Atlántida, Santa Clara del Mar, Camet Norte, La Caleta, Mar de Cobo y Balneario Parque Mar Chiquita.

La hipótesis que se intenta probar es: La zona costera presenta gran potencial turístico y es especialmente vulnerable al uso desmesurado y a la urbanización excesiva, originando transformaciones en el ambiente que generan diferentes problemas ambientales y conducen a la erosión costera.

El objetivo general aspira: reconocer las principales problemáticas ambientales y sus causas, a partir del proceso de configuración del territorio y proponer alternativas urbanísticas amigables que respondan a una concepción responsable basada en la articulación sociedad-naturaleza.

MARCO TEÓRICO

Desde la perspectiva geográfica, la zona costera es una franja de ancho variable, resultante del contacto interactivo entre la naturaleza y las actividades humanas desarrolladas en ámbitos que comparten la existencia o la influencia del mar. La zona costera posee una amplitud variable y resulta del contacto dinámico entre la hidrosfera, litosfera y atmósfera (Barragán Muñoz, 1994).
Bajo una mirada ecológica, la costa es una zona de ecotono con fuerte interrelación entre ecosistemas terrestres, marinos y aéreos, donde se generan y desarrollan procesos esenciales para el mantenimiento de la vida. La costa es un sistema de frontera abierta integrada por la tierra firme y el agua, vinculadas por interacciones biofísicas. En palabras de Morello (2002), en la zona costera actúan procesos climatológicos generando precipitaciones (escurrimientos superficiales y subterráneos), físicos (crecientes, mareas, oleaje, inundación, sudestada, transporte de sedimentos, erosión y sedimentación), mixtos (mezcla de agua dulce y salada), biológicos (acuáticos y terrestres) y penetración de luz solar.

Desde la visión del turismo, la zona costera conforma un espacio de recreo para las prácticas helio-balneotrópicas y deportivas, constituye un área muy dinámica, donde existe una fuerte interrelación entre los ecosistemas terrestres y marinos. La presencia de recursos naturales define la localización espacial del turismo y permite diferenciar entornos configurados por la función turística (Vera et al., 1997).

El turismo en la zona costera implica un elevado consumo de suelo, que asociado a las prácticas recreativas genera diversos modelos de implantación, transformación y reorganización de estructuras territoriales, sociales y económicas. El acondicionamiento turístico de la zona costera exige poner en valor al recurso natural e implica la construcción de equipamiento específico para brindar servicios de alojamiento, restauración, transporte y recreación, así como servicios complementarios a la prestación turística (comercios, bancos, seguridad, sanidad, etc.) y las obras de infraestructura de base (vías de comunicación, terminales de transporte aéreo, terrestre y/o marítimo, servicios urbanos básicos: energía eléctrica, agua, cloacas, limpieza-, etc.) para asegurar la accesibilidad al sitio (Benseny, 2011).

El acondicionamiento de la zona costera origina una rápida transformación territorial, social y económica, donde las actividades tradicionales ceden lugar a los modelos de implantación que impone el turismo, se acelera la urbanización y configura la especialización turística. Se produce una expansión territorial y modificación del uso de suelo en las zonas rurales y urbanas preexistentes. “La actividad urbano-turística se convierte en el factor polarizador y dinamizador de las economías locales del litoral y su expansión queda condicionada a las posibilidades y disponibilidades de suelo (reducido interés agrícola, proximidad al mar), oportunidades de mercado (crecimiento de la demanda) y desarrollo de infraestructura”... (Vera et al., 1997: 93).

Desde fines del siglo XIX, la costa marítima de la provincia de Buenos Aires sufre un proceso de fragmentación territorial, donde extensos espacios costeros sufren transformación, degradación ambiental y destrucción, como consecuencia del desarrollo de urbanizaciones y el apogeo del turismo de sol y playa. Las presiones ejercidas por una población creciente que busca disfrutar sus vacaciones en la playa, amenaza con destruir los beneficios que ofrece la zona costera. El cuidado del ambiente requiere un conocimiento de los procesos naturales, dado la fragilidad y alta vulnerabilidad de los recursos naturales y una cuidadosa planificación y gestión responsable del destino.

METODOLOGÍA 

El abordaje del tema se realiza a través de la perspectiva geográfica, ambiental y turística, poniendo énfasis en las consecuencias ambientales y turísticas resultantes del proceso de fragmentación territorial, que origina el surgimiento de pequeñas urbanizaciones costeras especializadas en la actividad turística. Prevalece una mirada espacial de los efectos de la urbanización turística sobre la zona costera, vinculando la presencia o ausencia de planificación, aspectos ambientales del recurso y prácticas turísticas.

La metodología propuesta se basa en la triangulación de datos cuantitativos y cualitativos. Las técnicas de recolección de datos incluyen: revisión bibliográfica, estadística, cartográfica, documental, gráfica y virtual; visitas de campo con guías de observación semi-estructuradas para reconocer los usos actividades en la zona costera y la situación ambiental en diferentes estaciones del año, entrevistas semiestructuradas a responsables del sector público (Secretario de Turismo y Medio Ambiente, Director de Turismo, Secretario de Planeamiento); sector privado turístico (Cámara de Comercio, Industria y Servicios de la Costa del Partido de Mar Chiquita y CO.DE.TUR- (Comisión para el Desarrollo Turístico) y representantes del Tercer Sector (Vecinos ambientalistas autoconvocados).

RESULTADOS Y TRANSFERENCIA  

El Partido de Mar Chiquita está localizado en el sudeste de la Provincia de Buenos Aires (Argentina), Limita al Norte con los municipios de Maipú, General Madariaga y Villa Gesell, al Noroeste con los de Ayacucho, al Oeste con el de Balcarce, al Sur con el de General Pueyrredon y al Este con el Océano Atlántico. Su superficie alcanza 336.687 has., y su línea de costa se extiende aproximadamente 67 km. Está integrado por varias localidades costeras, entre ellas: Playa Dorada, Santa Elena, Frente Mar, Atlántida, Santa Clara del Mar, Camet Norte, La Caleta, Mar de Cobo-Parque Lago, Balneario Parque Mar Chiquita y otras mediterráneas o del interior: Coronel Vidal (cabecera del Partido), General Pirán, Vivoratá, Juan Manuel Cobo, Nahuel Ruca, Calfucurá y Reserva de Mar Chiquita.

El surgimiento de las urbanizaciones turísticas costeras provoca una fuerte presión sobre los recursos naturales y origina una compleja problemática ambiental. De acuerdo con las diferentes entrevistas, información de fuentes secundarias y relevamientos de campo efectuados, se detectaron los siguientes problemas ambientales:

EROSIÓN DE PLAYAS Y MÉDANOS

Fenómeno multicausal, con manifestación desigual en distintos sectores costeros. Entre las causas naturales se destacan: tormentas y sudestadas que provocan fenómenos erosivos que afectan la costa de los distintos sectores del partido de Mar Chiquita. A ello se suma, el aporte hídrico de los arroyos Santa Elena, Los Patos, Seco y Los Cueros que, en época de crecidas, afectan desde sus desembocaduras, diferentes sectores costeros con fuerte erosión en la playa.

Entre las causas antrópicas se destacan: la presencia del ganado vacuno introducido por el hombre, cuyo pastoreo genera la desestabilización del médano por destrucción de la cobertura vegetal y la formación de brechas transversales que los atraviesan cambiando su morfología; la eliminación de la cobertura vegetal provoca la migración de médanos sobre zonas agrícolas o urbanas y un incremento en la erosión de la playa distal; la extracción de arena de la playa, especialmente Mar de Cobo-Parque Lago y La Baliza. En Frente Mar la zona costera está cubierta por un piedraplén que impide el transporte de arena por deriva litoral pero no evita que se produzcan desmoronamientos del frente acantilado.

En la actualidad, los vecinos reclaman a las autoridades locales y provinciales y denuncian la extracción de arena por la misma municipalidad, quien se justifica aduciendo que los habitantes próximos a las dunas no viven tranquilos debido a la acumulación de arena en sus casas; la construcción de viviendas, calles, balnearios, alcantarillas, desagües pluviales, canales, escaleras, sendas y rampas perpendiculares y sobre la costa, es una constante en todos los sectores. También la circulación de vehículos en la playa (desde cuatriciclos hasta camionetas), incrementa la erosión de playas y médanos y destruyendo los rasgos naturales; el ingreso masivo de turistas representa un mayor nivel de tráfico vehicular, tránsito y estadía de personas en la zona costera, factores que contribuyen a un deterioro de la calidad ambiental.

EROSIÓN DEL ACANTILADO

Entre las causas naturales se destacan las tormentas y la débil estructura de los depósitos geológicos. El grado de cobertura del frente costero por obras de defensa varía en los distintos sectores siendo más importante en la zona de Santa Clara, Mar de Cobo y Balneario Parque Mar Chiquita. Los restantes sectores sufren problemas de erosión causados por: falta de formación de playa y retroceso del frente acantilado por retención de arena aguas arriba de la deriva litoral.

La construcción de calles, balnearios, alcantarillas, desagües pluviales, escaleras, sendas y rampas perpendiculares y sobre la costa, provoca la erosión del acantilado, por destrucción directa del mismo. La destrucción continúa luego por erosión vertical en los desagües pluviales (Cionchi et al., 1993).

EROSIÓN DE LA PLATAFORMA DE ABRASIÓN 

Las tormentas y la acción de distintos organismos marinos incrustantes provocan erosión en las plataformas de abrasión en la zona de estudio. La plataforma de abrasión posee características geológicas similares a los niveles geológicos aflorantes en los acantilados, son depósitos formados durante el Pleistoceno y presentan debilidad en las estructuras, facilitando la erosión de las geoformas por la acción del oleaje. La recolección de organismos marinos por los turistas y residentes sobre estos sedimentos poco resistentes, produce la fragmentación de la plataforma en pequeños bloques.

CONTAMINACIÓN DE AGUA SUBTERRÁNEA Y SUPERFICIAL

Los efectos de deterioro que ponen en peligro el ecosistema lagunar Mar Chiquita comprometen la cuenca hidrográfica (cuya parte más importante está incluida dentro del partido) de la que dependen todas las estructuras de soporte natural y artificial de la población zonal. La cuenca tiene su punto más crítico en su desembocadura al océano (boca) de la laguna de Mar Chiquita, donde una saturación por erosión costera, sedimentación y obstrucción aumentan los inconvenientes naturales, y ponen en crisis a la mayoría de las actividades de la zona (agropecuarias, turismo, etc.). El deterioro ecológico creciente puede, de no adoptarse las medidas de control y corrección necesarias, destruir este reservorio natural.

CONTAMINACIÓN POR BASURA

La causa más destacada de contaminación por basura son los desperdicios o residuos domésticos, generalmente plásticos, que se observan en toda el área de estudio. Los lugares de acumulación de basura son las zonas de playas comprendidas entre los piedraplenes y el frente acantilado y los campos de espigones, donde la acción del oleaje se ve interrumpida por los piedraplenes o la renovación y circulación del agua se ve disminuida por los campos de espigones. En los sectores con piedraplenes, los lodazales y anegamientos temporarios constituyen reservorios de desechos plásticos (botellas, bolsas, etc.), y metálicos, cubiertas de ruedas de automóviles, restos orgánicos como animales muertos (cangrejos, aves, perros, cueros vacunos), algas marinas, ovicápsulas de Adelomelon, vainas de huevo de raya etc., generándose nuevos hábitats para roedores, vectores de enfermedades infecciosas a partir de estos focos de contaminación.

REDUCCIÓN DE ESPACIOS VERDES Y PÉRDIDA DE HÁBITAT 

La reducción de espacios verdes por desarrollo residencial costero presente en casi todo el litoral del partido de Mar Chiquita y por la instalación de complejos o paradores, ejerce un impacto muy importante en la reducción de hábitats de distintas especies vegetales y animales.

DISMINUCIÓN DE LA CALIDAD VISUAL Y PROYECCIÓN DE SOMBRA

En Santa Clara del Mar el desarrollo residencial en altura genera proyección de sombra sobre la costa y disminuye la calidad visual. Además, las carpas que ocupan la superficie de playa también provocan proyección de sombra.

ANEGAMIENTOS URBANOS (POR PRECIPITACIONES)

La impermeabilización de la superficie por medio de la pavimentación de los tramos medios e inferiores de las redes de drenaje impide la infiltración natural del agua de lluvia y aumentan el escurrimiento superficial (Bocanegra et al., 1985), junto a la disminución de la cobertura vegetal y provocan anegamientos urbanos por precipitaciones. Además, la escorrentía superficial se produce por aquellas vías que anteriormente recorría el curso fluvial. Por otro lado, la falta de planificación urbana y el crecimiento de la población en la cuenca de los arroyos Santa Elena, Los Patos, Seco y Los Cueros afecta a los habitantes.

CONCLUSIONES   

El surgimiento y desarrollo de pequeñas localidades marítimas especializadas en turismo a lo largo de la costa del Partido de Mar Chiquita originó un proceso de fragmentación territorial, que sumado al auge de las urbanizaciones turísticas condujo a procesos de remoción forestal, fijación de médanos y construcción de obras rígidas de defensa en el mar, alterando la dinámica de la zona costera, modificando el paisaje natural y conduciendo a un fuerte proceso erosivo. La modificación del ambiente original suele justificar algunas de las medidas tomadas por la municipalidad para fomentar el turismo, sin pensar que atenta contra la integridad del ecosistema. Estas acciones involucran la construcción de infraestructura y equipamiento turísticos y la alteración de la vegetación autóctona (introducción de vegetación exótica por ser más vistosa) para construir espacios recreativos bajo un diseño de ambiente natural que se acomoda a las necesidades de los veraneantes, pero que no toma en cuenta el daño infringido al recurso.

Si bien existe un marco normativo disperso y extenso, conformado por diversas leyes y decretos, tanto nacionales como provinciales y/o municipales que determinan la jurisdicción de los espacios marinos y costeros, el conjunto de las normativas vigente es tan complejo que en muchos casos su interpretación jurídica y administrativa resulta confusa y controversial, requiriendo de un análisis técnico minucioso para la aplicación a cada situación. Es el momento de pensar alternativas urbanísticas amigables que respondan a una concepción responsable basada en la articulación sociedad-naturaleza, donde los conceptos de capacidad de carga y límite de cambio aceptable sean la base para formular una política turística responsable y acorde con la calidad turístico-ambiental que todo destino debe definir, conservar y proteger.

BIBLIOGRAFÍA   

BARRAGÁN MUÑOZ, Juan Manuel (1994), Ordenación, planificación y gestión del espacio litoral. Editorial Oikos-Tau. España.
BENSENY, Graciela (2011), La zona costera como escenario turístico. Transformaciones territoriales en la costa atlántica bonaerense: Villa Gesell (Argentina). Tesis Doctoral. Universidad Nacional del Sur, Bahía Blanca. Argentina.
BOCANEGRA, E., CIONCHI, J.L., FASANO, J., OSTERRIETH, M. y SCHNACK, E.J. (1985), Geología ambiental del área urbana marplatense, Provincia de Buenos Aires. Primeras Jornadas de  Geología Bonaerense. Actas I
CIONCHI, J.L., ÁLVAREZ, J., del RIO, J.L. y FERRANTE, A. (1993), El efecto antrópico en el retroceso de la línea de costa del Partido de General Pueyrredon (Provincia de Buenos Aires). Actas del XII Congreso Geológico Argentino y II Congreso de Exploración de Hidrocarburos. Tomo VI: 318-322.
MORELLO, Jorge (2002), Los litorales como escenario de complejas relaciones tierra – agua: El Caso Argentino. En: “Zona costera de la Pampa Argentina. Recursos Naturales, Sustentabilidad, Turismo, Gestión, Derecho Ambiental”. Dadón, Jorge y Matteucci, Silvia. Argentina. Lugar Editorial.
VERA, Fernando; LOPEZ PALOMEQUE, Francisco; MARCHENA GÓMEZ, Manuel y ANTÓN CLAVE, Salvador (1997), Análisis territorial del turismo. Una nueva geografía del turismo. Editorial Ariel. Barcelona – España.


Dra. Mónica García
Dra. Graciela Benseny
Magter/Esp/Lic. Cristian César